LABIO LEPORINO
El labio leporino o fisura labial es uno de los defectos congénitos más frecuentes, y afecta a uno de cada 500 bebés recién nacidos. Los suplementos de ácido fólico, antes y durante el embarazo, ayudan a prevenirlo.
Durante
la fase embrionaria, hay zonas del cuerpo que están abiertas, y se va cerrando
a lo largo del tiempo. El labio leporino y el paladar hendido no son más que
defectos en el cierre de la parte media de la cara (la unión entre la zona
nasal medial y la maxilar superior). Su manifestación es una fisura (más o
menos grande, dependiendo de los casos) entre el labio superior y la fosa
nasal. Puede extenderse hacia atrás, dividiendo también la encía y el paladar.
La fusión del proceso nasal y del maxilar se produce tan pronto como en la 5ª semana de embarazo. El origen del labio fisurado se encuentra en una mezcla entre factores genéticos predisponentes y factores ambientales que lo desencadenan. Es más frecuente en varones, pero se transmite más a partir de madres con casos bilaterales.
En
la última década se han identificado mutaciones en varios genes y se ha
comprobado que no sólo mutaciones, sino interacciones complejas entre algunos
genes, pueden llevar a la formación de la fisura labial. Parece que estos genes
son susceptibles al tabaco y a la deficiencia de ácido fólico, pero aún hay
mucho por conocer en este sentido.
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