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jueves, 21 de diciembre de 2017

Hermoso vuelo en cessna 172

https://youtu.be/oRsyfBBLjPA
LABIO LEPORINO
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El labio leporino o fisura labial es uno de los defectos congénitos más frecuentes, y afecta a uno de cada 500 bebés recién nacidos. Los suplementos de ácido fólico, antes y durante el embarazo, ayudan a prevenirlo.
El labio leporino o fisura labial es parte de un abanico de defectos orofaciales que comprenden el labio leporino y el labio leporino con paladar hendido. Es uno de los defectos congénitos más frecuentes, ya que afecta aproximadamente a uno de cada 500 recién nacidos. Se trata de un problema que puede estar integrado en algún síndrome con más alteraciones, o presentarse de forma aislada.

Durante la fase embrionaria, hay zonas del cuerpo que están abiertas, y se va cerrando a lo largo del tiempo. El labio leporino y el paladar hendido no son más que defectos en el cierre de la parte media de la cara (la unión entre la zona nasal medial y la maxilar superior). Su manifestación es una fisura (más o menos grande, dependiendo de los casos) entre el labio superior y la fosa nasal. Puede extenderse hacia atrás, dividiendo también la encía y el paladar.

La cara cumple una función muy importante a nivel emocional y psicológico, y al tratarse de una afección muy espectacular que afecta al rostro, lo que en principio es un simple defecto de cierre, que no afecta directamente a las funciones vitales, se convierte en un drama para las familias. Puede convertir a un bebé con las mismas necesidades de cariño que los demás en objeto de rechazo.

El término labio leporino procede del latino 'leporem' (liebre). En la actualidad, esta referencia no parece muy afortunada, por lo que se prefieren otros términos como labio fisurado o fisura labial. Se utiliza también el término FLAP (fisura labio-alveolo-palatina) para hacer referencia a la fisura que implica el labio, la encía y el paladar.



CAUSAS DEL LABIO LEPORINO O LA FISURA PALATINA

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La fusión del proceso nasal y del maxilar se produce tan pronto como en la 5ª semana de embarazo. El origen del labio fisurado se encuentra en una mezcla entre factores genéticos predisponentes y factores ambientales que lo desencadenan. Es más frecuente en varones, pero se transmite más a partir de madres con casos bilaterales.
En la última década se han identificado mutaciones en varios genes y se ha comprobado que no sólo mutaciones, sino interacciones complejas entre algunos genes, pueden llevar a la formación de la fisura labial. Parece que estos genes son susceptibles al tabaco y a la deficiencia de ácido fólico, pero aún hay mucho por conocer en este sentido.